El panorama de la movilidad en México está experimentando una transformación impulsada por la creciente adopción de vehículos eléctricos (VE). En un mundo cada vez más consciente del cambio climático y la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), la electrificación del transporte se ha convertido en una pieza clave para lograr la descarbonización del sector. México, como muchas otras naciones, se enfrenta a desafíos significativos, pero también a oportunidades sin precedentes en esta transición hacia una movilidad más sostenible.
Para que México se posicione como líder latinoamericano en electromovilidad en los próximos años, es imprescindible incrementar la adopción de vehículos 100% eléctricos. Según el reciente informe de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), en febrero de este año, solo el 1.24% de las ventas totales de vehículos ligeros en México correspondieron a vehículos eléctricos, sumando 1,405 unidades.
Por otro lado, los híbridos no enchufables dominan la mayoría de las ventas con un 4.75%, equivalente a 5,379 vehículos comercializados. En contraste, los híbridos enchufables representan una minoría, con apenas el 0.41% del total de ventas, es decir, 464 vehículos.
Desde otra perspectiva, la infraestructura de carga en México ha alcanzado niveles relativamente buenos en términos de cantidad bruta de estaciones en comparación con el resto de los países en Latinoamérica. De acuerdo con los datos del 2022, en todo el país existen 2,078 estaciones de carga.
De estas, el 52.7% pertenecen a Tesla, con un total de 1,100 puntos de carga. En cuanto al tipo de conector, el SAEJ 17724 sigue en segundo lugar con el 37.5%, seguido por el 6.7% de los cargadores Supercharger de Tesla, y el 1.5% de CHAdeMo. Los conectores restantes incluyen Combo 1 y Combo 2.
En cuanto a su distribución geográfica, cerca del 50% de los puntos de carga se concentran en cuatro estados principales: Ciudad de México (435), Jalisco (212), Nuevo León (192) y Estado de México (179).
La introducción masiva de VE desempeña un papel crucial en la descarbonización del transporte, ya que ofrece una alternativa limpia y eficiente a los vehículos de combustión interna. Los vehículos eléctricos no solo reducen las emisiones de GEI y la contaminación del aire, sino que también disminuyen la dependencia de los combustibles fósiles y promueven la diversificación energética. En este sentido, la transición hacia la movilidad eléctrica no solo es una necesidad ambiental, sino también una oportunidad para impulsar la innovación tecnológica y fortalecer la economía.
Según ONU Hábitat, las ciudades mexicanas enfrentan graves problema de contaminación ambiental, siendo el sector del transporte una de las principales causas al contribuir con el 20.4% de las emisiones de gases de efecto invernadero, de las cuales el 16.2% proviene del subsector automotor, principalmente debido a los viajes en transporte individual motorizado.
Lo más alarmante es que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año fallecen en nuestro país 14,700 personas a causa de enfermedades relacionadas con la contaminación del aire. Los congestionamientos en las principales arterias urbanas contribuyen al deterioro de la calidad del aire y, en consecuencia, a la salud de la población.
“En resumen, la movilidad eléctrica representa una oportunidad transformadora para México en su lucha contra el cambio climático y la contaminación. Si bien existen desafíos significativos en el camino, el país está en una posición única para liderar esta revolución silenciosa hacia un futuro más limpio, más sostenible y más próspero para todos.”
Algunas de las principales barreras que se han podido recoger en distintos estudios en Latinoamérica y México, se pueden dividir en 5 aspectos principales, los cuales menciono a continuación:
Elementos financieros: La necesidad de cubrir el diferencial de costos entre los vehículos de combustión interna y los VE en el transporte público, así como diferenciar o incorporar valores monetizados de los ahorros devengados en los flujos de efectivo dentro de las factibilidades socioeconómicas y las licitaciones. Insuficiencia o carencia de incentivos fiscales para vehículos eléctricos privados.
Elementos tecnológicos: Indisponibilidad de materia prima desarrollada por locales en la cadena de valor. Ausencia de lineamientos técnicos para la homologación de cargadores y vehículos. Ausencia de planes para incluir el consumo energético diario para sistemas de carga vehicular.
Elementos industriales y comerciales: Si bien cada vez es mayor la oferta de VE en los países, en muchos países la oferta es reducida limitando la elección del consumidor. Crear una hoja de ruta enfocada a suplir la demanda incremental de generación de energía, así como fortalecer la matriz energética con energías limpias.
Elementos de innovación: Modelos de negocio innovadores para la adquisición de flota eléctrica en el transporte público y retail. Innovación tecnológica y bancaria para dotar de garantías a los usuarios de la infraestructura de carga, que sea confiable tanto en su geolocalización como en la bancarización.
Una vez se consideren y fortalezcan las anteriores áreas de oportunidad, el sexto elemento, es decir el elemento social, como la falta de confianza, la variedad de opciones en el mercado, la confiabilidad tecnológica, entre otros, abrirá paso para potencializar la demanda por vehículos eléctricos tanto en el ámbito privado como en el transporte público y de comercialización.
Aprovechamiento de Recursos Naturales
El plan Sonora con Litiomx representa una oportunidad sin precedentes para México. El país cuenta con vastos recursos de litio, un componente clave en las baterías de vehículos eléctricos. A través de una gestión adecuada y una inversión inteligente, México puede convertirse en un importante jugador en la producción de baterías y vehículos eléctricos a nivel mundial, generando empleo y crecimiento económico.
Desarrollo de una Industria Competitiva e instituciones
La implementación de iniciativas de la mano de instituciones como Litiomx no solo permite aprovechar los recursos naturales del país, sino que también impulsa el desarrollo de una industria de vehículos eléctricos sólida y competitiva a nivel internacional. Esto no solo beneficiará a México en términos económicos, sino que también posicionará al país como un líder en tecnología y sostenibilidad en la región.
Nearshoring
El nearshoring en el contexto de la electromovilidad presenta una oportunidad única para México para capitalizar su ubicación geográfica estratégica, costos laborales competitivos, infraestructura existente y apoyo gubernamental para convertirse en un centro de fabricación y desarrollo de vehículos eléctricos para el mercado global.