La movilidad eléctrica en México ha experimentado un crecimiento significativo en los años, impulsado por el compromiso con la sostenibilidad y la reducción de emisiones, no solo desde el gobierno, sino también con la fuerza de la iniciativa privada mexicana. En este artículo, exploramos el contexto actual de la electromovilidad en el país, los avances recientes, los modelos de negocio que se están implementado y los esquemas de financiamiento que hacen posible esta transformación en el transporte público del país.
México ha visto un notable aumento en la adopción de vehículos eléctricos (VE) desde 2016. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hasta septiembre de 2023 se han registrado 233,528 vehículos híbridos y eléctricos en el país. De estos, el 85% son híbridos puros, el 8% híbridos enchufables, y el 7% son vehículos completamente eléctricos. La mayor concentración de estos vehículos se encuentra en la Ciudad de México y el Estado de México, que juntos albergan el 43% del total. Aunque el número de vehículos eléctricos es muy pequeño comparado con los 55 millones de vehículos en el país, la tasa de crecimiento de esta ronda del 8% al 12% anual según la AMIA.
El sector de los vehículos eléctricos está en expansión, con marcas como Tesla, BYD, JAC, BMW, Audi, Volkswagen, Ford, Chevrolet, Volvo y Peugeot ofreciendo diversos modelos en el mercado mexicano. En el sector de transporte público, ciudades como Guadalajara, Ciudad de México, Monterrey y Mérida han implementado un total de 524 autobuses eléctricos hasta la fecha.
La tecnología de los vehículos eléctricos ha avanzado rápidamente, lo que ha llevado a una mayor variedad de opciones y una disminución en los costos. Marcas como Tesla, BYD, JAC, y muchas otras han introducido nuevos modelos con mayor autonomía y mejores prestaciones, a precios más competitivos. Actualmente, se pueden encontrar vehículos eléctricos en diversas categorías, desde sedanes hasta SUVs y vagonetas, ampliando las opciones para los consumidores.
En el sector de los autobuses eléctricos, las urbes de la Ciudad de México, Guadalajara y Mérida han incorporado vehículos eléctricos para el transporte público. Estos avances no solo reducen las emisiones, sino que también ofrecen una alternativa más económica a largo plazo debido a menores costos de operación y mantenimiento. Estas ciudades, han subsidiado algunas inversiones para la migración a eléctricos, como puede ser la infraestructura, la energía, o bonos por la renovación vehicular.
“La tecnología de los vehículos eléctricos ha avanzado rápidamente, lo que ha llevado a una mayor variedad de opciones y una disminución en los costos”
En México, se han desarrollado diversos modelos de negocio para facilitar la adopción de vehículos eléctricos en el transporte público. A continuación, se presentan algunos ejemplos emblemáticos:
Servicio de Transportes Eléctricos (STE) en CDMX: Este proyecto incluye la renovación de la flota de trolebuses con 413 nuevas unidades Yutong y Zhongtong, hasta diciembre de 2023, con una meta de 500 unidades para finales del 2024. El proyecto es parte del Programa Integral de Movilidad del Gobierno de la Ciudad de México y ha sido financiado principalmente por el presupuesto gubernamental, aunque se han abierto rutas de trolebuses con participación del sector privado, donde se les da un subsidio para su compra.
Metrobús en sus líneas 3 y 4: Estas líneas están operando con autobuses eléctricos articulados; la Línea 3 se convirtió en la primera completamente eléctrica del sistema, seguido por la apuesta en la Línea 4. Ambas están mostrando el camino al resto del sistema, pues se han apostado por diferentes sistemas de financiamiento y unidades de acuerdo a las necesidades de cada una.
Proyecto IETram en Mérida, Yucatán: Este sistema BRT utiliza 32 autobuses eléctricos Irizar en cinco rutas, conectando a más de 100 rutas de transporte público. La inversión total fue de 2,820 millones de pesos, con una combinación de fondos del gobierno estatal y federal y la iniciativa privada. De igual manera, la infraestructura eléctrica de este proyecto fue financiada por el Programa de Apoyo al Transporte Masivo (PROTRAM) y el estado de Yucatán.
El proyecto MiTransporte Eléctrico en Guadalajara, Jalisco: Se implementó con 38 autobuses eléctricos Sunwin de 8.6 metros con una autonomía de 200-250 km, cubriendo rutas clave como la línea al aeropuerto. Iniciado en 2021, alcanzó su meta al 100%, incluyendo la instalación de una subestación y 19 cargadores. El modelo de negocio empleado en Jalisco separa la propiedad y operación: Motbus arrenda los autobuses, mientras que el gobierno y SITEUR gestionan el mantenimiento y operación.
Para el financiamiento de proyectos de movilidad eléctrica, se deben considerar varias estrategias que han demostrado ser efectivas:
Financiamiento Simple: El uso de crédito simple con tasas preferenciales, para autobuses eléctricos, es una estrategia efectiva para fomentar su adopción. Bancos como Nafin, BBVA, y Santander están ofreciendo tasas de interés preferenciales específicamente para la compra de vehículos eléctricos. Esta iniciativa reduce significativamente el costo financiero para los operadores, haciéndolo más atractivo y accesible.
Modelos de Arrendamiento: Permiten a las empresas operadoras acceder a vehículos eléctricos sin la necesidad de realizar una inversión inicial significativa. Este esquema se ha utilizado con éxito en la CDMX para Metrobús y en Jalisco, con el SITEUR.
Asociaciones Público-Privadas (APP): Este tipo de esquemas facilitan la distribución de responsabilidades y riesgos entre el sector público y privado. En el proyecto Ie-Tram de Mérida, por ejemplo, la infraestructura de carga es operada por el gobierno, mientras que la operación de los autobuses es gestionada por una empresa privada.
Incentivos Fiscales y Subsidios: El gobierno mexicano ha implementado varios incentivos fiscales para fomentar la adquisición de vehículos eléctricos, incluyendo exenciones de impuestos y subsidios directos. Estos incentivos pueden reducir significativamente el costo total de propiedad de los VE, haciendo que la inversión inicial sea más atractiva para operadores y Es importante resaltar que las exenciones arancelarias para vehículos eléctricos expirarán el septiembre de 2024, si el gobierno no continua con esta política.
Carga como Servicio (CaaS): Este modelo ofrece soluciones integrales de carga para VE, incluyendo la instalación y operación de infraestructura de carga, simplificando el proceso para los usuarios finales. Empresas como EnelX y Vemo están liderando este mercado en México, aunque se están enfocando a vehículos particulares; este esquema también puede ser usado para el transporte público.
La movilidad eléctrica en México está en una fase de crecimiento acelerado, impulsada por avances tecnológicos, disminución de costos y modelos de negocio innovadores.
Los esquemas de financiamiento, como los modelos de arrendamiento, APP y los incentivos fiscales, están haciendo posible la adopción masiva de vehículos eléctricos en el transporte público.
Con una combinación de políticas favorables, inversión en infraestructura y colaboración entre el sector público y privado, México está en camino de convertirse en un líder en electromovilidad en América Latina, beneficiando tanto al medio ambiente como a la economía del país.
Es importante continuar con la descarbonización del sector, digitalizando también los elementos del transporte, para tener un desplazamiento limpio y de calidad, como lo merecemos.